La poda en bonsai

Con estas sencillas ideas, queremos presentar y explicar como hacer la poda y el pinzado en bonsai

Antes de nada una aclaración y de las importantes. Un árbol recién llegado a casa, no se poda ni se pinza. Siempre comenzaremos con una periodo de aclimatación de nuestro árbol recien llegado a su nuevo lugar.

Este periodo nos permite conocer que preferencias de cultivo funcionan mejor con ese árbol en concreto. Frecuencia de riego, horas de sol, ubicación más propicia, etc.

Tiempo después, con el árbol vigoroso y sano y después de haber dedicado tiempo a su observación, podremos establecer la intervención que deseamos hacer en el árbol para trazar su camino.

Pinzado y Poda:

Dos heridas de poda casi cerradas en un acer buergerianum.
Las ramas fueron podadas con una vaciadora esférica,
lo que permite un cierre muy natural sin engrosamientos ni feos cayos.

Podar un bonsai:

La poda se define como el corte o la eliminación de grandes ramas. Se utiliza en las primeras fases de modelado de un árbol que procede del campo, un prebonsai o bien material de vivero.

Modifica sustancialmente el aspecto y encamina al árbol como futuro bonsai hacia un diseño o estilo más o menos claro.

Se realiza preferentemente con el árbol en estado de letargo, es decir, en invierno.

Pinzado de brotes en bonsai.

El pinzado es la técnica con la que conservamos las líneas maestras de diseño y estilo de un árbol en formación más o menos avanzada. También es la técnica con la que se mantiene el diseño en un bonsái maduro y a la vez se reduce el vigor.

El pinzado es una acción que se orienta al control de los brotes más jóvenes y de ramas de menor calibre.

Se pinza durante el periodo de desarrollo vegetativo anual (primavera/otoño). La poda la efectuaremos aprovechando la pérdida de las hojas, así tendremos una mayor perspectiva de toda su forma (otoño/primavera).

Esta técnica la utilizamos para determinar el tamaño, la forma y la cantidad de follaje en el bonsái.

Objetivos perseguidos con cada técnica.

El propósito de la poda es orientar inicialmente el diseño y crecimiento de nuestros árboles. La poda es una técnica estresante para el árbol, que no se da en la naturaleza habitualmente (donde el árbol seca primero la rama que no le vale o está enferma y la pierde posteriormente).

Podamos los bonsai dirante su estado de formación, los procedentes de vivero o de jardín y los que hemos engordado en suelo ¿porque solo podamos material inicial?

La poda es por definición “poda de formación”. Un trabajo en el principio de las fase de evolución y entrenamiento de un bonsai.

Posteriormente, en el refinamiento del diseño, la poda es algo puntual, menos común, que haremos solo cuando un cambio en el diseño original exija eliminar una rama importante.

Vamos a identificar tres podas que el bonsái exige en las diferentes fases de formación.

Poda del ápice en el futuro bonsai.

¿Cuando se poda el ápice?

Se realiza en el primer año en que comienza el entrenamiento del prebonsai.

Sobre todo en materiales que se han dejado crecer libremente hasta entonces (árboles de vivero, prebonsai y material engordado en suelo), cuando ya tenemos el grosor deseado. Solo se realiza una vez (idealmente, todos cambiamos de opinión de vex en cuando).

¿En qué consiste la poda?

Consiste en podar de forma agresiva el tronco, para impedir que el árbol siga creciendo apicalmente y para favorecer la ramificación lateral.  La mayoría de la especies tiene tendencia al crecimiento apical, es decir la mayor parte de sus esfuerzos y energía la dirigen al ápice, para crecer en altura.

En bonsai necesitamos justo lo contrario, oponernos a ese crecimiento apical y dar vigor a las ramas laterales que a veces son las más bajas.

Resto de la herida de la poda del ápixe.
Este morus alba fue podado muy abajo a partir de un
material de vivero para comenzar su entrenamiento como bonsai.
La rama trasera (frente del árbol) ayuda a cerrar la herida y continua el ápice del árbol.

¿Cómo se realiza la técnica?

Elegida la altura a la que queremos cortar, nos aseguraremos de disponer de una rama que pueda sustituir ese ápice que vamos a cortar. Esto define el lugar exacto en el que podemos cortar.

Siempre debe hacerse el corte en bisel, con el nuevo ápice en la punta del mismo y la superficie del corte apuntando a la espalda del árbol.

Con esa rama, construiremos el nuevo ápice, es decir, el corte debe de realizarse siempre a una altura inferior a la altura total deseada para el futuro bonsai.

El ápice es el “motor” del desarrollo de un árbol. Su crecimiento es lo que más engorda el tronco, puesto que busca permanentemente aumentar en altura para conseguir mejor posición de captación de sol. Para ello desarrolla sus estructuras basales y tejidos para darle el suficiente sostén que lo soporte.

Una técnica que utilizamos intermedia, para seguir engordando el bonsai y controlar el crecimiento natural, es la sustitución del ápice, eliminando el ápice original y eligiendo una rama en posición adecuada para que el propio árbol la designe entonces como nuevo “motor”. Como nuevo ápice.

Este debe ser podado de nuevo y sustituido cada uno o dos años por otra rama de sustitución o perderemos el control al tomar demasiado vigor la que sustituyó originalmente el ápice.

¿Que nos ofrece esta técnica?

  • Ayuda a cerrar la herida de la poda del ápice original, pues conduce sabia por la zona donde se ha realizado el corte.
  • Evita nuevas cicatrices grandes difíciles de cerrar con las sustituciones posteriores, a la vez que continua dando grosor al tronco.
  • Reduce la altura del árbol para compactar y acercar a una escala adecuada para bonsai

Debemos sustituir este ápice nuevo por otro cada dos años, así conseguimos mantener un engrosamiento del tronco, que cierre de las cicatrices sin tener que podar un nuevo ápice demasiado grueso y manteniendo un diseño adecuado.

Todo árbol requiere un ápice, pero no es necesario hasta que el arbol ha terminado su proceso de entrenamiento. Podemos utilizar estos “ápices cierraheridas” para ser sustituidos cada poco tiempo ya que todo bonsai necesita , aunque sea temporal, pero nosotros decidimos su fucion.

Poda de formación:

La poda del ápice es una parte de la poda de formación, es la forma más rápida de encaminar el diseño de un prebonsai, pero es también la técnica mas estresante para el árbol.

Un olmo al que se le ha reducido drásticamente la altura por medio de la poda.
  • Se realiza para dirigir el diseño del árbol en la dirección que hayamos elegido. se hace una o varias veces, en ocasiones a lo largo de varios años. depende del proyecto, de la especie, de la facilidad para cerrar heridas o reducir verde, etc,
  • Se podan lo arboles cuando realizamos el trasplante, pues reducir la masa verde a la vez que la masa de radicular facilita y reduce el esfuerzo que el árbol debe realizar para superar la poda de raíces. Menos agua que bombear para alimentar menos ramas y hojas.
  • Las ramas deben ser cónicas, al igual que el tronco. Cuando una rama crece con mucho vigor, adquiere una forma cilíndrica.
  • Se poda un árbol en invierno, cuando una rama es demasiado gruesa, para conservar la base de la rama y reconstruir una rama entera con los nuevo brotes de entrenudos cortos que emitirá. Así creamos conicidad.

Cicatrizar heridas por poda

EL sistema por el cual las especies arbóreas “curan” o mejor dicho, cierran sus heridas, se llama compartimentación. El árbol aísla la zona donde ha recibido el daño, y sobre esta, recrece nuevos tejidos.

La manifestación exacta de esta, recibe el nombre de “labio de cicatrización” Un reborde que cubre esos tejidos dañados.

Una herida de poda en un Prunus “mume”. Ha debido de activarse dos veces el labio de cicatrización para que la herida se siga cerrando.

La poda siempre es un proceso estresante para la planta. Consume energías. En un árbol con bajas defensas o en mal estado de salud, puede suponer un riesgo para su supervivencia.

Si un árbol acaba de llegar a tu manos, no puedes hacer una poda severa, si no conoces el estado del árbol. Si no está aclimatado a tu lugar de cultivo, riegos, técnicas, la recuperación será más larga, difícil y peligrosa

Recuerda: No podes nunca un árbol débil.

Adaptar la poda a la especie

Cada familia de especies y a veces hasta según que variedad, requieren un procedimiento u otro de poda. Nunca podaremos un pino como lo haríamos con un caduco. Eso es fundamental asumirlo. Ni brotan de igual manera ni su curación es igual.

Extendernos en esta momento tan inicial sobre cada especie no es posible, pero lo que si podemos hacer es conocer el tipo de poda o pinzado que mas beneficia tal o cual especie a través de las fichas de especies.

Si no encuentras la que buscas aquí, son muchos los lugares donde encontrarlos, en internet puedes encontrar una enorme cantidad de webs con listados pormenorizados de fichas de especie, con el tipo de poda y pinzado más adecuado, épocas aconsejadas, cuidados de las heridas y técnicas a utilizar.

Podar plantones

Un  bonsai de semilla o un plantón joven , no debe de ser podado. Podarlo es la mejor forma de retrasar su crecimiento, eliminar su vigor y demorar el tiempo en que puede pasar a ser entrenado como futuro bonsai.

En el caso de los frutales, además retrasa la emisión de los preciados frutos.

A veces es difícil esperar. Pretendemos ver un árbol que aun o tenemos por medio de la poda o el alambrado, pero este resultado será poco atractivo, sin carácter.

Debemos preguntarnos que tipo de árbol deseamos conseguir en diez o quince años y tomar decisiones a partir de esta idea inicial. No hace falta que sea muy trabajado. Una idea inicial.

Este es el comentario que un amigo principiante me hizo hace un par de meses.

Tengo unos manzanos de dos sabias. Como quiero hacer árboles pequeños, podaré y dejaré solo diez centímetros que será la base del tronco futuro para tener ya definido esta parte.

Esta fue mi respuesta.

Ese árbol, un plantón simplemente tardará al menos un año en recuperar el vigor después de tan severa poda.  Conseguir nuevas ramas bajas, que engorden con crecimientos fuertes  exigirá otras dos temporadas. Ya son al menos tres o cuatro años perdidos. No hace falta darles “tanta caña”.

Lo idóneo en dejar tirar ramas largas por arriba y por abajo, un par de años, abonando muy fuerte (nos da igual los entrenudos y las hojas grandes, eso vendrá mas adelante).

Después trasplantar cada dos temporadas y aprovechar para podar entonces el crecimiento apical, esas ramas que se han ido largas. A eso llamamos “ramas de sacrificio o tira sabias” Ramas que cogen mucho vigor, promueven crecimiento y engrosamiento del tronco y después eliminamos para sustituir por otras para evitar cortes drásticos y heridas grandes. Cuando trasplantes usa macetas grandes o coladores de cultivo de gran volumen y sustratos de calidad, pues esta es una técnica muy utilizada para conseguir crecimientos potentes. Y si puedes cultivar en suelo, mejor que mejor.

Lo que si podemos hacer desde el principio en alambrar el tronco principal para dar algunas curvas y forma interesantes a nuestro plantones. Esto ofrece mucha variedad a nuestros diseños y conseguimos resultados aparentes relativamente más rapido.

Despee podremos empezar a cortar los crecimiento más largos del año en invierno, pero dejando siempre las ramas bajas (pues estas tiene una funciona importante para engordar la base del tronco).

Si tiene chupones, es decir brotes que crecen desde la base del árbol, no los elimines, al contrario, déjalos un tiempo para que hagan engordar tu tronco (después elimínalos pero utiliza para esquejar, pues son las ramas que mejor resultado dan para esta técnica).

Este proceder es el más adecuado para casi cualquier especie si comienzas desde semilla o plantones, a excepción de las que tienen crecimiento lateral como azaleas y juníperos rastreros.

Poda de Ramas con vigor excesivo

En ocasiones, nuestros árboles designan un ápice o rama lateral como principal, que no es exactamente la que nosotros hemos elegido. En este caso, lo que hacemos en pinzar, defoliar incluso  podar a mitad de la rama para frenar ese vigor. Así la fuerza del árbol se redistribuye a otras partes, a ramas que quizás nos interesa más rejuvenecer o que queremos que engorden por diseño o interés.

La poda de aclareo.

Existe una relación directa entre la selección de ramas, las directrices de la posición de cada rama respecto a las demás y la poda. El objetivo en última instancia es que las ramas reciban la mayor cantidad de luz posible y que unas ramas no hagan sombra a otras.

La alternancia de ramas, las posiciones a izquierda, derecha, atrás y delante son u ejemplo que si miramos un árbol avanzado desde arriba comprenderemos desde este perspectiva de insolación suficiente y luz y no desde una idea de diseño y estética exclusivamente.

Es pronto aún para nosotros para diseñas así, pero conviene integrar scuanto antes este efecto en relación con las decisiones que tomemos y las ramas que conservamos.  

En ocasiones al bonsai de estilo naturalista se le perdonan las ramas incorrectas o mal posicionadas pero antes o después, si estas no reciben la luz que necesitan, el árbol las dejará morir. En la naturaleza los arboles hacen exactamente eso.

Y puede que la rama que seque, sea una de las principales, posiblemente de las más bajas.

Por ello debemos tenerlo siempre en cuenta. Construir una primer rama que se ha perdido no es sencillo. Debemos de trabajar un árbol siempre para mantener vigorosa su rama  primera o principal, asegurarte que sea la más gruesa y que nunca deje de recibir luz.

Cuidados para El cierre y cicatrización de heridas de poda:

La poda de raíces.

La poda de raíces tiene un objetivo diferente al de la poda de la masa verde y las ramas, aunque con alguna relación en cuanto al diseño.

Tres elementos son fundamentales en las raíces de una bonsái y en base a ellos deben ser podadas.

El primer elemento es una cuestión de carácter estético. Las raíces de un bonsái deben extenderse radialmente desde el tronco, en extensión y lateralmente, nunca en profundidad. Esto crea lo que conocemos como “nebari” la parte de transición entre donde comienza el tronco y nacen las raíces.

Deseamos reproducir con ello la imagen de robustez y estabilidad. De arraigo, atemporalidad, que transmiten los árboles centenarios en la naturaleza.

Si ese nacimiento de raíces es regular, con raíces saliendo perimetralmente  del tronco y crea una forma cónica desde la base tendremos un “nebari” correcto.

¿El “nebari” de tu bonsai no es así? No pasa nada. Muchos de los míos tampoco. Nuestra función es trabajar raíces y tronco en cada trasplante para caminar en esa dirección. Un nebari correcto es un proceso, no un objetivo inmediato.

La segunda por una cuestión de salud del árbol. Las raíces capilares, son las únicas funcionales. Son las más finas y delgadas, de color blanco. Son las que absorben los nutrientes, realizan el intercambio gaseoso y participan del metabolismo.

Las raíces gruesas tiene una función de sostén al suelo para que los embates del viento en el medio natural no los tumben.  En bonsai no son necesarias y tampoco lo son las raíces largas que el árbol emite para acceder a nutrientes distantes y fuentes de agua.

Podar las raíces gruesas y largas promueve la emisión de nuevas raíces adventicias por parte del árbol. Así reducimos el volumen del cepellón y además conseguimos que aparezcan mas raíces funcionales.

La tercera es por una cuestión de espacio. Las macetas de bonsai no aceptan ni las gruesas de sujeción ni las largas raíces que muchas especies emiten en busca de alimento y agua. No cabrían en sus pequeñas macetas. El bonsai recibe cuanto necesita en un especio reducido y esas raíces no tendrían sentido.

Trucos y consejos:

Las coníferas, como pinos o juníperos no aceptan podas severas de raíces. Los cambios y eliminaciones deben Hacerse muy poco a poco y en ocasiones a través del debilitamiento interesado de tal o cual raíz. Puede llevarnos años. No corras en esta tarea o pagaras las prisas.

Es una técnica avanzada que ahora no nos ocupa. Si tienes un pino o un junípero se comedido y no realices podas agresivas. No se puede eliminar todo el sustrato del cepellón, ni tampoco lavarlo. Se prudente y así mantendrás tu árbol vivo muchos años. Las coníferas en manos de principiantes como nosotros suelen morir por un trasplante incorrecto o poda de raíces.

Los perennes, como el ficus, el lugsutrum,  el eleagnus, necesitan equilibrar su masa radicular con su masa verde. Si trasplantas y podas, necesitarás podar arriba lo que hayas eliminado abajo. De lo contrario el árbol no tendrá suficientes raíces para bombear agua y alimento a toda la masa verde y mantener hidratadas todas las hojas.

En coníferas es justo al contrario. Las masas verdes son las que activan las raíces y promueven el nacimiento de otras nuevas.  

Cuanto más joven es un árbol, sea perenne, conífera o caducifolio, más resistentes son a las podas agresivas de raíces. Por ello es bueno, fácil y sencillo trabajar con plantones jóvenes.

En estos, debemos cortar su raíz pivotante, la que continua la línea de tronco. Así estimulamos la emisión de raíces capilares que nazcan del cuello de la planta. si es una caducifolio, podemos hacer en una o dos veces. Siempre y cuando hayan raíces alta que puedan alimentar al árbol.

Si estas usando material de semillas,  en caso de pinos, la técnica recibe el nombre de repicado, Consiste en cortar la pivotante cuando el pino comienza a emitir las primeras agujas y aun conserva los cotiledones. se realiza poco después de germinar el pino, depende de su crecimiento pero entre seis semanas y tres meses. Aquí tienes un sencillo tutorial de como el repicado a mis pinus silvestris.

Si son plantones de vivero lo que has adquirido, espera a finales de invierno o principio de primavera. Trasplanta entonces a una maceta individual con sustrato de calidad y buen drenaje y elimina la mitad de la raíz pivotante y trata de conservar tantas raíces laterales finas como puedas.

En años sucesivos y con lo posteriores trasplantes se van trabajado las raíces de forma cada vez más ajustada hasta eliminar la pivotante por completo. En este tiempo el árbol ha debido de emitir mas raíces altas y radiales que contribuyen a alimentar la planta sin necesitar la pivotante.